El intrusismo en el coaching profesional

El coaching profesional a lo largo de este tiempo ha evolucionado enormemente, gran aporte lo tienen las diferentes escuelas o corrientes de coaching (Ravier 2005), instituciones reguladoras globalmente que le dan mesura y respaldo (nombro a nivel personal a la International Coach Federation a la cual pertenezco y estoy legítimamente credencializado), el contacto con nuevos aportes científicos como la neurociencia entre otros y la madurez del coach que lo ejerce. Pero el ejercicio del coaching profesional se ve amenazado y debilitado desde mi punto de vista por una suerte de intrusismo que lo aparta de su esencia y naturaleza.

El intrusismo es definido por la Real Academia Española como el “ejercicio de actividades profesionales por persona no autorizada para ello”. Esto quiere decir que si un coach no goza de las competencias y prerrogativas profesionales para abordar una situación concreta no lo debería hacer, es más yo diría que no lo tiene que hacer, pues debe distinguir lo que es el coaching de otro modo de intervención profesional. No podemos mezclar todo, pues nuestro cliente merece el respeto y rigor profesional debido dado el acuerdo que tenemos con él: “hacer coaching”. La ICF a través de su código deontológico marca claramente esta distancia. Resalto dos elementos claves y generales que la ICF quiere que sus coaches profesionales mantengan al respecto: “Comportamiento ético como fundamento de la profesión del coaching” y “mantener los estándares más altos de una manera que se refleje positivamente en la profesión de entrenador”.

En mi observación a lo largo de estos años como profesional del coaching veo que muchos de los coaches por una suerte de entusiasmo han dado pase a nuevos saberes y herramientas para el ejercicio del coaching. Veo esto como algo muy positivo, sólo que el entusiasmo que menciono en algunas ocasiones puede dar paso desmedidamente a alejarse de la naturaleza del coaching y entrar a terrenos que otros profesionales deberían abordar como por ejemplo el campo psicoterapéutico reservado a profesionales concretos. El coaching es ciencia y arte en una poderosa práctica y como tal nos llena de la posibilidad profesional de asociarnos con nuestros clientes para generar espacios de desarrollo personal y profesional maximizando su potencial a los fines que él mismo se ha planteado. Por eso la esencia “no directiva” del Coaching (Ravier 2016) y la aplicación práctica de las competencias de un coach (Goldvarg 2013) nos dan la seguridad en nuestro ejercicio como una supervisión constante por otros coaches experimentados y credencializados. Hoy la práctica de la supervisión en coaching está tomado fuerza y existe literatura en español al respecto como programas de formación acreditados (Goldvarg 2017).

Otros de los problemas es la sobre exposición mediática y de marketing de sesiones, procesos de coaching y utilización de herramientas, recursos para empoderar no al coacheé o cliente, sino al coach en su afán de darse a conocer, ponerse en vitrina en el mercado competitivo del coaching. Se da intrusismo muchas veces, pues el coach es comparado con otros profesionales y no con el coach en sí. Me han comentado de fotos o algunos vídeos de utilización de herramientas que pululan en las redes o entornos web violentando en mi modo de ver la privacidad y confidencialidad del proceso y por supuesto del cliente. Creo que esto se debe de dar en círculos cerrados de coaches profesionales o alumnos en formación y no ventilarse sin reparo por doquier, pues ahondaría la confusión sobre la identidad del coaching profesional. Distingamos la publicidad de una herramienta con estándares regulados que una mera publicidad que diga trivialmente: “esta es la única solución que usted necesita, compre ya!”.

Los Capítulos locales de la ICF en diversos países pueden ayudar muchísimo a manejar este gran enemigo del coaching profesional como es el intrusismo. En Perú se están haciendo y pretende hacer más esfuerzos al respecto para los coaches asociados del Capítulo ICF Perú. Nuestra Vicepresidenta que a la vez es la Presidenta del Comité Nacional de Ética, Carla Villacorta, MCC (la primera Master Certified Coach peruana, grado y nivel máximo de un Coach ICF) está preparando para el verano 2019 una formación con horas concretas para empoderar en el liderazgo a los coaches profesionales que pertenecen a la membresía. Este año en el Perú nuestro Capítulo ICF está preparando eventos significativos para promocionar la práctica y excelencia del coaching profesional entre otros.

Te invito a hacerte las siguientes preguntas como coach profesional:

1.- ¿Derivas a tus clientes a otros profesionales en casos concretos para que puedan ser acompañados cuando ellos lo necesitan?

2.- ¿Tienes siempre en cuenta el código deontológico de un coach profesional realzando tu práctica profesional?

3.- ¿Tienes supervisiones de coaching con un coach experimentado y estás en constante formación para empoderarte como un legítimo y óptimo coach profesional?

4.- ¿Qué diferencias concretas marcas en tu ser y quehacer de coach profesional?

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